- Nasd DA. A pragmatic primer lessons from natural science for the profession of dentistry. Journal Public Health Dent 1996; 56(5-SN): 291-300.
domingo, 23 de octubre de 2011
Enseñanza de la Ética en Odontología
Ética Profesional en Odontología (deberes del dentista)
Desde siempre las personas han mostrado preocupación por la limpieza y cuidado de sus dientes, así como por el diseño y construcción de herramientas para disminuir los daños de la enfermedad dental.
La odontología al ser una profesión contemporánea, como institución que responde a necesidades y demandas sociales, no sólo comparte una base cognoscitiva (un saber) que le da autoridad a la profesión sino que representa otras dos características fundamentales: primero, un saber hacer y cuándo hacer como un modo de acción realizado por un agente responsable e informado por una teoría, con prudencia como máxima virtud de un profesional. Segundo, un saber estar, como la dignidad que requiere profesar este saber respecto de los pares o de aquellos que requieren del servicio de la profesión. [i]
A principios del siglo XX, se resumieron estos elementos en: servicio a la humanidad, educación de excelencia y automejoramiento/autorregulación, designándolos respectivamente como componente moral, intelectual y organizacional de la profesión.[ii]
Componente moral
El primer deber moral que asume el dentista es "hacer el bien" a sus pacientes en el área de la salud bucal, y la decisión del odontólogo frente a un caso clínico dependerá tanto de la técnica como de la ética. Técnicamente lo que se considera bueno está determinado por estándares dados por la práctica y la investigación, pero lo que se refiere al componente ético no es muy claro. La mayoría de las reflexiones en ética dental tiene sus raíces en las antiguas teorías sobre la virtud, propuestas por Platón y Aristóteles, que inspiraron la escuela hipocrática, pilar de la ética médica. El medio hipocrático veía al enfermo como alguien falto de firmeza, tanto físico como moral; por tanto pese a desear su bien, no debía contar con su voluntad, ya que carecía, por principio de autonomía moral. El paternalismo hipocrático era paternal (al impedir que el paciente decidiera sobre su propia enfermedad), maternal (al hacerle lo menos ingrata posible la enfermedad) y sacerdotal (al actuar como mediador con la divinidad y tener poder sobre la vida y la muerte).[iii]
Dicha relación duró por siglos, pero el avance tecnológico repercutió, en el advenimiento de una sociedad pluralista exaltando las diferencias individuales respecto de valores morales fundamentales y de la interpretación del significado de la vida, del sufrimiento, la dependencia, la muerte y la atención en salud. El mayor acceso a la información ha revelado numerosos casos de prácticas poco éticas. Las encuestas públicas han demostrado que está disminuyendo la confianza de los pacientes en la integridad personal y profesional de los dentistas. Como consecuencia, los pacientes ha asumido mayores responsabilidades en el cuidado de su salud dental, afectando la tradicional relación en que el profesional escogía las terapias adecuadas para su paciente[iv].
Ello significa que la decisión acerca de "lo bueno" en una intervención clínica está determinada actualmente por algo más que la información científica y tecnológica: debe equilibrarse con la elección y demanda del paciente. Aquí nace la necesidad de un consentimiento informado.
Componente intelectual
Cada profesional está obligado a mantener la capacidad necesaria para realizar sus tareas profesionales y a desarrollar sólo las de su competencia. En la práctica debe decidir si tiene o no los conocimientos para realizar un diagnóstico o tratamiento específico en determinadas circunstancias clínicas.
En caso de necesidad, la comunidad odontológica es la que determina los detalles de las normas de competencias, ya que se necesitan conocimientos especializados. Pero la comunidad general, puede pedir información sobre los procedimientos involucrados, especialmente en lo que se refiere al intercambio entre calidad y acceso al servicio.
Componente organizacional (interrelación profesional y con la comunidad, códigos de ética y asociación profesional)
La profesión dental tiene obligación de controlar la calidad del trabajo e informar y referir el de mala calidad así como las prácticas no éticas. Todos entienden que los profesionales odontólogos se deben respeto mutuo, pero la mala praxis es un hecho de difícil manejo: un dentista podría informar a sus pacientes acerca de un trabajo mal realizado o bien ocultárselo; asimismo, puede contactarse con el dentista que realizó el trabajo o posiblemente con la sociedad dental local. No obstante, estos protocolos no son enseñados y tampoco están establecidos en el gremio odontológico.
Las relaciones coprofesionales entre un dentista empleador y uno empleado pueden atraer conflictos éticos cuando normas de rendimiento internas obligan al dentista empleado qa brindar un servicio inferior al que considera adecuado. Se ha comenzado a discutir estas relaciones como cuestiones éticas y no como asuntos prácticos o de negocios. Así y respondiendo a nuevos y significativos argumentos que se generan dentro de un clima social que cambia rápidamente, la Asociación Dental Americana, luego de un considerable debate, presentó en 1992 una cantidad de revisiones y correcciones a los Principios de Ética y Código de Conducta Profesional.
Los dentistas, en forma individual, y la profesión dental como un todo actúan como educadores de salud dental, ya sea con esfuerzos educacionales directos o monitoreando la dependencia y efectividad de sus servicios. La relación de los dentistas con la comunidad implica así responsabilidades respecto de las normas correctas para la publicidad profesional y referidas al acceso a la atención dental y a las necesidades dentales insatisfechas, lo que puede obligar al gremio a ser política y educacionalmente activo cuando se formulen políticas sociales que determinen la distribución de los recursos para la asistencia en salud.
El incremento de los gastos en el cuidado de la salud continúa ocupando una parte importante de la atención al público. Quienes utilizan los servicios hospitalarios se quejan de que los costos crecen el doble en relación con el costo de la vida; los de odontología son aún mayores y aparece el problema de qué es justo para la atención odontológica actual. Así, en la sociedad se ha fomentado la posibilidad de hacer publicidad para reducir el costo de cuidados de la salud a través de la competencia, pero no se ha implementado una real legislación al respecto, quedando la publicidad del profesional dental como ejemplo muchas veces de la práctica no ética, dando indicios de que valdría la pena revaluar estas prácticas.
El paciente en el sillón dental es el principal cliente, pero los dentistas también tiene obligaciones profesionales con los pacientes de la sala de espera e, indiscutiblemente, con toda la comunidad en aspectos que tiene que ver con la salud pública. Por lo tanto, el papel de los profesionales de la salud es triple: brindar la mejor atención a los pacientes en forma individual, preocuparse por la comunidad en la que se desempeñan y utilizar los recursos en la forma más efectiva.
La descripción de la odontología como un "compromiso de servicio con el público" admite varias interpretaciones en la práctica real, por ejemplo, los tipos de sacrificios que los dentistas están comprometidos a realizar por sus pacientes o los riesgos de salud, de bienestar financiero o de reputación que un dentista está obligado a enfrentar.
El paciente oral en general demandan sacrificios importantes que afectan las conveniencias personales y los intereses económicos del profesional.[v]
[i] Lolas Stepke F. Bioética: El diálogo moral en las ciencias de la vida. Santiago de Chile: Editorial Universitaria; 1998: 86.
[ii] Nash DA. The oral physician. Creating a new oral health professional for a new century. Journal of Dental Education 1995; 59(5): 587-597.
[iii] Gracia Guillen D. La tradición médica y el criterio del bien del enfermo: el paternalismo médico. En: Gracia D. Fundamentos de Bioética. Madrid: Eudema Universidad; 1989: 23-45.
[iv] Agranatti P. Bioética en odontología. Odontomarketing 2001; 02(9). http://www.odontomarketing.com/numeros%20anteriores/ART_18_ENE_2001.htm
[v] Blanca Bórquez Polloni Ética, bioétcia, ley: conceptos básicos. Santiago de Chile: 19-30.
¿Un buen profesional es quien realiza lo que el paciente le pide?
Ser Buen odontólogo significa que se es competente profesionalmente y que se tiene la suficiente pericia tecnocientífica para resolver apropiadamente problemas odontoestomatológicos de los pacientes.[1]
Antiguamente el pilar de la ética médica se inspiraba en la escuela hipocrática que veía al enfermo como in-firmus, alguien falto de firmeza, tanto física como moral; por lo tanto pese a desear su bien, no debía contar con su voluntad, ya que carecía, por principio, de autonomía moral. Era un paternalismo hipocrático, paternal, al impedir que el paciente decidiera sobre su propia enfermedad.[2]
Actualmente eso ya ha cambiado, y el hoy en día el paciente ha asumido mayores responsabilidades en el cuidado de su salud dental, lo que ha afectado la tradicional relación según la cual los profesionales elegían las terapias adecuadas para sus pacientes. Ello significa que la decisión de “lo bueno” en una intervención clínica, está determinada actualmente por algo más que la información científica y tecnológica: debe equilibrarse con la elección y demanda del paciente.
Además es importante considerar los cuatro principios de la bioética (beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia), los cuales uniforman las bases de análisis y reflexión y suponen un nuevo enfoque metodológico y procedimental para juzgar las acciones médicas. Diego Gracia (modelo “principalismo jerarquizado”) considera que los principios de no-maleficencia y justicia son, de algún modo independientes del principio de autonomía y jerárquicamente superiores a él, por que obligan moralmente siempre, incluso contra la voluntad de las personas. El primer nivel constituido por no-maleficencia y justicia representa una “ética de mínimos”, lo mínimamente exigible para dar carácter ético al acto médico y siempre constituye un verdadero deber. Beneficencia y autonomía constituirían el segundo nivel, y cuando siguen al nivel 1 convierten al acto médico en una “ética de máximos”, transformando la acción de cumplir el mero deber en satisfacción del paciente, en felicidad.2
En el ámbito odontológico estos principios proporcionan un conjunto de valores que determinan y/o establecen parámetros para la mayor parte de los aspectos de las evaluaciones del profesional. En primer lugar la vida del paciente, su salud general, y su salud bucal (entendida como un funcionamiento apropiado y sin dolores), lo que constituiría la ética de mínimos. La autonomía del paciente, en la medida de lo posible, el confort, el costo, las consideraciones estéticas, y otros valores, se insertarían dentro de la ética de máximos.
Es así que en este caso en particular, el principio de autonomía es válido sólo hasta chocar con un principio que posee mayor relevancia en la bioética, como lo es la no maleficencia, entonces si un paciente nos solicita sacarse todos sus dientes remanentes se utilizan los principios bioéticos para generar una deliberación sobre qué es lo más adecuado para el caso.
Es necesario, realizar el diagnóstico clínico de las piezas remanentes, solicitar exámenes complementarios y determinar según nuestro juicio clínico si está o no indicado realizar la solicitud de la paciente. Advertir cuáles son sus condiciones de salud bucal, para que de este modo, la paciente tome una decisión final informada.
Es también necesario advertir lo que significaría la exodoncia de todas sus piezas, ya que por desinformación, los pacientes no entienden de la reabsorción ósea, y de la desestabilización de una prótesis total cuando ya no tiene donde retenerse. Es importante ser cuidadoso en informar adecuadamente al paciente y responder todas las dudas que se le presenten.
[1] Cely Galindo,G; Herazo Acuña, B. Bioética para Odontólogos, Bogotá, Facultad de Odontología-Pontificia Universidad Javeriana, 2005. Disponible en http://especiales.universia.net.co/libro-abierto/ciencias-de-la-salud/bioetica-para-odontologos.html
[2] Cardozo, C; Rodriquez, E; Lolas, F; Quezada, A. Ética y odontología. Una introducción. Centro interdisciplinario de estudios e Bioética. Vicerrectoría de investigación y desarrollo Universidad de Chile. 2006. Disponible en http://www.bioetica.uchile.cl/
sábado, 22 de octubre de 2011
¿Se transgrede en algún aspecto el Juramento Hipocrático el aceptar o no la solicitud de la paciente?
Juramento hipocrático:
En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad.
Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento a que son acreedores.
Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones.
Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí.
Mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos.
No permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase.
Tendré absoluto respeto por la vida humana, desde su concepción.
Aún bajo amenazas, no admitiré utilizar mis conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad.
Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor.
Al negarse a realizar el tratamiento solicitado por el paciente no se trasgrede ningún aspecto, sino que por el contrario se respeta, principalmente el compromiso “Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones.”, ya que nosotros sabemos que al realizarlo le estamos generando un daño al paciente más que un beneficio. Es al realizar el tratamiento que nosotros pasamos a llevar estos principios, ya que se están considerando otros factores antes de pensar en la salud de la paciente.
¿Cambiaría en algo su respuesta si el paciente acude con una interconsulta de un odontólogo, solicitando las exodoncias?
No, ya que a pesar de que el paciente se presenta con una interconsulta, nosotros tenemos la responsabilidad de realizar un diagnostico completo, considerando los beneficios y perjuicios de realizar el tratamiento solicitado. En este caso particular es evidente que las exodoncias no están indicadas, ya que se trata de piezas en buen estado periodontal y sabemos que no existe un tratamiento rehabilitador que pueda reemplazarlas.
¿Cambiaría en algo su respuesta si el paciente tiene capacidad intelectual disminuida y quien solicita el tratamiento es el tutor? (Pt. II)
El tratamiento no cambiaría, ya que el tratamiento solicitado no es indicado, pero existen ciertas consideraciones que se deben tener en pacientes con capacidades intelectuales disminuidas, ya que se trata de pacientes que no siempre están en condiciones de tomar decisiones informadas.
¿Cambiaría en algo su respuesta si el paciente tiene capacidad intelectual disminuida y quien solicita el tratamiento es el tutor? (Pt. I)
Primero se debe empezar por analizar el caso clínico desde un punto de vista del examen clínico y su complementación respectiva con los exámenes solicitados que podríamos considerar básicos para evaluar en profundidad el caso. Luego de eso, si nuestro diagnóstico señala que no hay razones biológicas que justifiquen la decisión de acceder a lo solicitado por el paciente (o en este caso el tutor), le explicaremos las vicisitudes que resultarían al ejecutar su petición.
De ser un paciente limitado la respuesta no cambiaría en lo absoluto. Pues los principios que rigen nuestras decisiones ante un caso clínico son los mismos para todos y en todas las circunstancias. No estaríamos respetando la Ética de Mínimos, que se considera básico en el deber ser, si realizáramos lo que el tutor solicitara, pues el principio de Justicia no se respetaría.
El principio de Justicia señala que se tiene la obligación ética de dar a cada cual lo que le corresponde (según su necesidad)[i] y al acceder a lo solicitado no se estaría respondiendo a una necesidad, pues no hay un móvil de tipo funcional ni biológico que motive al paciente.
Sin duda que la solución pasa por realizar una rehabilitación de tipo protésica de los dientes ausentes, por razones funcionales y en cierta medida cosméticas (aunque haciendo la salvedad de que no es lo fundamental del caso, es más bien consecuencia de devolver la función).
Luego de todas las valoraciones realizadas se le presentan a la paciente, o al tutor en este caso, varias opciones de tratamiento, empezando por el que la evidencia considerada como el ideal hasta el más básico, pero que cumple con el objetivo propuesto. A partir de este punto estamos respetando el principio de autonomía (i), pues damos la posibilidad de escoger y valoramos las opciones tomadas por el paciente.
[i] Dra. María Angélica Torres-Quintana, Dra. Macarena Miranda V., Dr. Fernando Romo O. Bioética y Odontología General. Revista Dental de Chile 2009;100 (2) 32-37
Honorarios Odontológicos
Con respecto a la primera pregunta, de por qué cobrar, la respuesta más inmediata que se viene a la mente es que cobramos porque necesitamos pagar nuestros gastos y cubrir nuestras necesidades personales.
El Dr. Holder, considera al paciente como un cliente ya que éste viene en busca de un servicio electivo. Por otra parte, considera que un odontólogo cobra no sólo para pagar sus gastos sino también porque ha hecho una inversión importante, (como fue la instalación de la clínica, en donde recalca que “ese mismo dinero que podía haber estado en el banco ganando intereses...se encuentra invertido en equipos cuya única función es prestar servicios odontológicos”), que debe ser rentable porque para él la odontología representa su forma de vida de la cual debe recibir una remuneración justa por el trabajo prestado. En el fondo al paciente se le vende nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y nuestra dedicación profesional.
La mayoría de nosotros ha estudiado odontología por varias razones entre las que podemos destacar, el servicio y trabajo con las personas, el gusto por el área biológica y científica, por las opciones laborales que permite y además por ser en general una profesión bien remunerada, dado que su estudio implica una gran dedicación de tiempo y capacidades. Es por esta razón que pese a que nos agrade y gratifique el hecho de trabajar con gente y ayudarla a resolver sus problemas, se hace imperioso y necesario costear nuestro esfuerzo, tiempo y dedicación, aparte por supuesto de los materiales que nuestro trabajo requiere.
Luego nos preguntamos cuándo debemos cobrarle a nuestros pacientes y la respuesta vendría a ser cada vez que prestamos el servicio que anteriormente hemos tasado y dado por ende un precio , teniendo mucho cuidado con aquellos pacientes que muchas veces tienen problemas para pagar y que pueden dejar de asistir a la clínica dental. El Dr. Holder cobra de manera anticipada a aquellos pacientes que recibirán un tratamiento de gran costo y que va a requerir mucho tiempo clínico . Nosotros consideramos que si bien hay que tener cuidado con pacientes que no paguen sería justo también para ellos poder ir pagando a medida que el tratamiento va evolucionando, y no necesariamente antes de realizarlo.
La última pregunta que nos debemos hacer es cómo cobrar . El cómo cobrar es un punto muy importante ya que muchas son las veces en que debemos, en conjunto con nuestro paciente, determinar cuánto le va a costar el tratamiento a realizar para que luego no halla problemas al minuto de cobrar, estableciendo así de antemano los costos del tratamiento . El Dr. Holder dice claramente que “si el precio de exigirle una cuota inicial es perder al cliente, es un precio muy barato, que vale la pena pagar para ahorrarse un dolor de cabeza” . Estamos de acuerdo con este último punto debido a que si un paciente no puede pagar la primera cuota, difícilmente podrá costear el resto. También consideramos que debemos ser sumamente claros con el paciente en cuanto a la forma y fechas de pago.
Después de haber analizado las 3 preguntas anteriores, podemos recién hacernos la pregunta de cuánto cobrar, y más que el resultado exacto del valor por nuestras acciones y servicios nos preguntamos de qué forma y en base a qué podemos calcular nuestros honorarios.
Lo primero a calcular son los costos fijos (considerando dentro de éstos lo que son los equipos, el agua, luz, lugar físico, etc.) y luego calcularemos los costos variables . Dentro de estos costos variables debemos considerar tres aspectos: el tiempo empleado, la dificultad del procedimiento y la calidad del servicio . Así una vez analizado los costos variables y los costos fijos podremos obtener el costo total , que otorga el mínimo necesario para poder funcionar.
Los honorarios en Odontología se pueden fijar de 3 formas:
1- Tarifa fijada por el colegio de cirujano dentistas, que formó una unidad clínica odontológica (UCO) que cada año se reajusta según el IPC y tiene un valor de $ 9500 para el año 2002, donde cada acción vale un número de UCO. Por ejemplo una amalgama simple vale 1.5 UCO
2- Por tarifas referidas a otros odontólogos: opción más cómoda porque no nos obliga a realizar ningún cálculo, pero no es sin embargo la más adecuada, pues no sabemos si realmente cubre nuestros gastos y necesidades.
3- Determinación propia de costos, según instrumento hora/odontólogo: donde la consulta debe generar mensualmente los ingresos suficientes para cubrir el total de costos fijos, vale decir, la depreciación del equipo y retorno de la inversión, lo que tiene un costo equivalente a la suma de todos estos conceptos, divididos por el numero total de sesiones mensuales que realizaremos, dándonos así el costo sesión. Además debemos tomar en cuenta el tiempo empleado en sesiones de un tratamiento y considerar también el costo en insumos para lo cual se debe conocer la cantidad de prestaciones que es posible realizar con dicho material. Así la determinación de aranceles en base a costos requiere identificar los costos fijos, la depreciación, el costo alternativo del capital invertido más el costo de los materiales.
Arancel/honorario = (costo sesión x N° sesiones según tratamiento ) + costo de materiales
Según el Doctor Oreadi, los honorarios deben fijarse según el tiempo empleado, la dificultad del procedimiento y la calidad del servicio.
1-. EL TIEMPO EMPLEADO .
Existen variantes relacionadas con el factor tiempo como la experiencia del profesional, sus habilidades mentales y manuales, la ayuda del personal auxiliar, el carácter más o menos difícil del paciente, la dificultad del procedimiento, el nivel de calidad del servicio, etc.
Si nos basamos en un promedio de todas esas variantes el tiempo necesario para realizar un procedimiento convencional puede ser estimado, sin embargo la variación entre odontólogo y odontólogo puede ser enorme. Esto sin contar la calidad del tratamiento que puede variar enormemente, lo cual está directamente relacionado con la duración del tratamiento realizado. (2b).
¿Tendría cada odontólogo que cobrar lo mismo por cada procedimiento? .
Eso no sería lógico, sin objetar que la diferencia en los honorarios aplicados al mismo procedimiento tiene que basarse en razones legítimas y de peso. .
De la misma manera como existen "costos" diferentes en otros artículos (autos, ropa, etc.), también el tratamiento odontológico presenta "honorarios" diferentes.
Algunos profesionales delegan al personal auxiliar ciertas funciones o partes de un procedimiento y por lo tanto existe ya una variante en el tiempo utilizado para el mismo procedimiento.
Es necesario dividir el tiempo "clínico" en categorías:
- El tiempo total empleado para cada procedimiento, incluyendo el dedicado al control de las infecciones en el consultorio, el tiempo de demora en la acción de la anestesia aplicada, etc.
- Las "partes" del procedimiento en las que el odontólogo debe de estar presente.
- Las "partes" del procedimiento en las que solamente el cuerpo auxiliar y no el profesional debe de estar presente.
Toda vez que el profesional debe de estar presente en el consultorio aumenta el costo de un procedimiento, mientras que aquellas funciones que cumplen las auxiliares deberían disminuirlo (esto sin olvidar que el sueldo de esas auxiliares debe ser aumentado).
Como ejemplo, el solo hecho de delegar funciones protésicas como toma de impresiones para modelos de estudio, la preparación de provisionales y la prueba en boca del mismo, cementar provisionalmente y remover los restos de cemento, etc, puede reducir el tiempo del odontólogo hasta en un 50%.
La calidad sigue siendo la misma pero se reduce el costo del trabajo protésico.
Mientras más funciones delegamos, más tenemos que reducir los costos.
2-. LA DIFICULTAD DEL PROCEDIMIENTO
Consideremos dos procedimientos distintos: un tratamiento de conducto monoradicular y una obturación de amalgama. El tiempo utilizado puede ser el mismo pero los honorarios del primero muchas veces triplican los del segundo.
¿Se justifica esto si nos basamos en una mayor o menor dificultad?
Si la respuesta es "no" tendríamos que revisar y reajustar estos dos honorarios.
Si les decimos a varios odontólogos que hagan una lista de los 5 procedimientos más "difíciles" lo más probable es que no todos estén de acuerdo.
Esto sin contar que algunos procedimientos presentan más riesgos que otros, lo que aumenta, entre otras cosas, el stress y la ansiedad del profesional.
Los Honorarios tienen que reflejar la dificultad de un procedimiento y la "escala de dificultad" tiene que ser decidida por un grupo de profesionales de mucha experiencia.
3.- LA CALIDAD DEL SERVICIO
Una alta calidad del tratamiento odontológico es bastante común en la mayoría de los odontólogos, pero no hay duda que se podría hacer una "mejor" Odontología. (2b).
¿A cuál colega escogería usted para que le practicara a un miembro cercano de su familia lo siguiente: la exodoncia quirúrgica de un tercer molar impactado en posición horizontal, la colocación de seis unidades protésicas de canino a canino en el maxilar superior, la endodoncia de un segundo molar superior, la colocación de seis o más implantes en el maxilar inferior y la confección de su respectiva prótesis fija?
La calidad es la que difiere. .
Aquellos Odontólogos que han sido entrenados para prestar un "alto" servicio por haber cursado un post-grado, el haber ejercitado la profesión por muchos años o que han demostrado una mayor y mejor calidad, ciertamente merecen cobrar honorarios más elevados.
También existen aquellos odontólogos que utilizan los mejores (y más costosos) materiales, equipos y personal muy bien entrenado y eficiente para obtener una mejor calidad en sus tratamientos, mientras que otros compran materiales más económicos y no invierten en equipos más modernos y actualizados, enviando sus trabajos protésicos a laboratorios que cobran menos por los mismos trabajos.
También existen aquellos profesionales que se mantienen constantemente actualizados subscribiéndose a Sociedades Científicas, leyendo artículos, asistiendo a cursos de mejoramiento profesional, Congresos, etc. y todo esto les otorga la posibilidad de mantenerse al día y ofrecer un mejor servicio.
La mayoría de los Honorarios no consideran la "calidad del servicio prestado" o las "calificaciones" del Odontólogo.
Para el Doctor Oreadi la forma más justa de determinar los honorarios es de la siguiente manera:
Se sugiere que cada uno de nosotros dedique algunas horas en algún lugar tranquilo y sin ser molestado o interrumpido para hacer lo siguiente:
- Hacer una lista de todos los procedimientos que efectuamos.
- Calcular el tiempo total dedicado a cada uno de ellos (nuestro tiempo, y el de nuestras auxiliares), y la "diferencia" si el procedimiento es realizado enteramente por el odontólogo.
- Asignarle a cada procedimiento un grado de dificultad de 1 (el menos difícil) a 10 (el más difícil).
- Comparar nuestro nivel (refiriéndonos a la calidad de nuestros procedimientos) con otros colegas y asignarle a esa calidad un valor, empleando la misma escala de 1 (menor calidad) a 10 (mayor calidad).
- Determinar cuánto nos cuesta cada minuto (entrada bruta anual dividida por el número de minutos trabajados en 1 año).
- Determinar la entrada por cada minuto (el honorario cobrado por cada procedimiento dividido por el número de minutos empleados para realizarlo).
- Basados en el tiempo utilizado, la dificultad y calidad del tratamiento, ajustar nuestros honorarios (algunos aumentarán y otros se reducirán).
Si la paciente vive en Vitacura o en La Pintana, ¿variaría el valor del mismo tratamiento?
Si, el valor del tratamiento varia; porque dentro los parámetros que se consideran para establecer el valor de una prestación se encuentran a quellos que son fijos y variables
Lo primero a calcular son los costos fijos (considerando dentro de éstos lo que son los equipos, el agua, luz, lugar físico, etc.) y luego calcularemos los costos variables . Dentro de estos costos variables debemos considerar tres aspectos: el tiempo empleado, la dificultad del procedimiento y la calidad del servicio . Así una vez analizado los costos variables y los costos fijos podremos obtener el costo total , que otorga el mínimo necesario para poder funcionar.[i]
Por lo expuesto anteriormente y de acuerdo a la pregunta los costos fijos serán mas elevados en una consulta ubicada en Vitacura en comparacion con una ubicada en La Pintana; siendo los costos variables iguales.
Link recomendado sobre utilidades en odontología:
http://www.costosenodontologia.com.ar/otrosautores/zosi2.html
[i] Addison-Smith, Sebastian et Al. “trabajo de Honorario” Facultad Odontologia, Universidad Mayor. 2003. http://www.odontochile.cl/trabajos/honorarios.html#bibliografia
El realizar las exodoncias; ¿constituiría un acto de Mala Praxis?
Praxis, como característica de las profesiones contemporáneas, es un modo de acción calificado por un agente responsable e informado por una teoría. Se trata de un saber hacer y cuándo hacer, lo que lleva a la prudencia, que es la máxima virtud de las profesiones.
El termino mala praxis médica se ha acuñada para señalar conductas impropias del profesional frente a una paciente, que no siguen las normas que señalan la Lex Artis Medica, pero no hay aquí un error de juicio, sino que, o la actuación del médico que esta en posesión de conocimientos y habilidades no ha sido diligente, o este ha actuado con impericia e imprudencia frente a una situación clínica para la cual no está capacitado. Este tipo de conducta médica constituye un error médico inexcusable, el médico debe responder por esta conducta inapropiada.
Nadie puede permanecer ajeno a la bioética, porque ella determina una praxis sanitaria e involucra unos comportamientos que someten a prueba al sistema de valores que opera en la sociedad[i].
De acuerdo con lo anterior, la Mala praxis involucra cualquier acto o acción médica-odontológica que viole alguno de los principios de la bioética, en especial aquellos pertenecientes al nivel 1 (no maleficencia y justicia) 1. Ejemplos de mala praxis son trabajos de mala calidad o las prácticas no éticas.
En este caso lo que yo haría sería:[ii]
- Estudiar el caso (confección de una ficha clínica correcta, un diagnóstico adecuado y una formulación de un plan de tratamiento adaptado al paciente).
- Explicar el plan de tratamiento de forma clara y acotada. Lo cual queda estipulado en un consentimiento informado, incluyendo la conservación de las piezas, ya que son fundamentales para un mejor pronostico protésico.
- Si el paciente aun persiste en su deseo de extracción de las piezas remanentes, yo como tratante le informo que no estoy dispuesto a realizarlas, ya que no existen bases científicas ni clínicas que respalde dicha acción, además de ir en contra del principio ético de “No maleficiencia.” Lo que constituiría una mala praxis por parte mía.
[i] TORRES-QUINTANA, María Angélica y ROMO O, Fernando. BIOÉTICA Y EJERCICIO PROFESIONAL DE LA ODONTOLOGÍA. Acta bioeth. [online]. 2006, vol.12, n.1 [citado 2009-07-30], pp. 65-74. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-569X2006000100010&lng=es&nrm=iso. ISSN 1726-569X
[ii] Cely Galindo, Gilberto, S. J.Bioética para odontólogos: no basta ser un buen odontólogo fundamentalmente hay que ser un odontólogo bueno. Univ. odontol;25(56):41-44, jun. 2005.